BEIJING, 22 ago (Xinhua) -- El grupo BRICS, integrado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, se ha convertido en una plataforma importante para las economías emergentes y los países en desarrollo que buscan fortaleza a través de la unidad, después de más de diez años de desarrollo.
En vísperas de la próxima cumbre del grupo que comenzará este 22 de agosto en Johannesburgo (Sudáfrica), expertos consultados por Xinhua coincidieron en que el bloque desempeñará un papel importante en la búsqueda de equidad y eficacia en la gobernanza global y de un sistema multilateral equilibrado para tener un orden internacional con un modelo de ganancia compartida y una visión del Sur Global.
NUEVO MODELO DE GANANCIA COMPARTIDA
El BRICS cuenta con más del 40 por ciento de la población mundial y casi una tercera parte de la superficie terrestre del planeta, además de representar una quinta parte del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
De acuerdo con un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicado en abril, la contribución de los países BRICS al crecimiento económico mundial ha superado a la de los países del G7, y la tendencia al alza continuará en el futuro.
Este año, según las estimaciones, los países BRICS representarán el 32,1 por ciento del crecimiento económico mundial, en comparación con el 29,9 por ciento del Grupo de los Siete (G7).
En opinión de Marcela Vera, académica de la Universidad de Santiago de Chile, debido al papel cada vez más importante que desempeña el BRICS en el mundo, los países del Sur Global tienen hoy la oportunidad de desarrollar una alternativa frente al modelo actual.
La economista chilena explicó que esta alternativa pondría énfasis en la distribución de la riqueza y el poder, el bienestar de los pueblos y el crecimiento económico al servicio de la ciudadanía.
Vera valoró el caso de China que ha logrado reducir la pobreza a través de esfuerzos de diversas partes. "Ahí hay una redistribución en distintas escalas, permanentemente, mientras que en países latinoamericanos, donde hay un alto nivel de desigualdad, esto no ocurre", explicó.
Para Leonardo César Souza Ramos, profesor de la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Minas Gerais, el BRICS ha traído al escenario internacional un nuevo modelo cooperativo en el que la idea ganar-ganar está siempre presente y estrechamente asociada a la visión del Sur Global sobre el orden internacional.
"La cooperación económica entre los países BRICS ha sido un aspecto fundamental de los procesos de cooperación Sur-Sur, además de contribuir al crecimiento económico de estos países desde una lógica diferente a la asociada al modelo neoliberal", apuntó Souza Ramos.
En este sentido, el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) representa un paradigma de cooperación, destinado a ofrecer recursos financieros a los proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible de economías emergentes y países en vías de desarrollo.
Desde su establecimiento en 2015, el NBD ha aprobado 98 proyectos de los países miembros, con una inversión total de 33.200 millones de dólares en diversas áreas, incluidas energías limpias, infraestructuras tanto digitales como sociales y otras para el bienestar de los pueblos.
MAYOR ATRACCIÓN PARA PAÍSES EN DESARROLLO
En la rueda de prensa celebrada a comienzos de julio, la ministra de Exteriores sudafricana, Naledi Pandor, anunció que un total de 23 países expresaron oficialmente su deseo de unirse al BRICS.
Estos 23 países, según la titular de Exteriores, son Arabia Saudí, Argelia, Argentina, Bangladesh, Bahréin, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Egipto, Etiopía, Honduras, Indonesia, Irán, Kazajistán, Kuwait, Marruecos, Nigeria, Palestina, Senegal, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Venezuela y Vietnam.
Sebastián Schulz, integrante del Centro de Estudios Chinos (Cechino) de la Universidad Nacional de La Plata, consideró que las propuestas del BRICS en favor de una nueva gobernanza global y una arquitectura financiera multilateral y más solidaria han generado que cada vez más economías emergentes y países en desarrollo busquen integrarse al mecanismo.
"La ampliación del BRICS venía siendo demandada por gran parte de otros países emergentes y en desarrollo, que veían con simpatía y acordaban con los postulados básicos que ha venido planteando el BRICS desde 2009 a esta parte", detalló Schulz.
El atractivo de la plataforma, de acuerdo con el académico argentino, radica en su fortaleza y heterogeneidad, así como en la amplitud de los temas vinculados a la cooperación que aborda y a la necesidad de reformar la gobernanza global para hacerla más heterogénea, más democrática, más inclusiva y reactiva a los problemas que existen.
A su vez, Vera resaltó la necesidad de considerar la articulación productiva de los países que integran o que han manifestado su interés por adherirse al BRICS, para "poder generar estabilidad y, sobre todo, intercambios que sean verdaderamente beneficiosos para sus pueblos".
"Muchos de los bloques se han quedado simplemente en una unión comercial, después monetaria, política, pero no en una unión en función de la perspectiva de desarrollo, ya sea de su propio bloque o del mundo. Todavía no se han tomado las decisiones políticas correctas para desencadenar un nuevo nivel de integración económica global", sostuvo la académica chilena.
En su visión, la creación de valor agregado, el fomento a la industrialización y el encadenamiento productivo de los países es la herramienta fundamental para que economías pequeñas, en su mayoría productoras de materias primas o bienes estratégicos, "puedan enlazarse con economías más grandes y producir una relación virtuosa, con un mercado necesariamente asociado a los países BRICS para su comercialización".
Mencionó en ese sentido la contribución que ha hecho China como motor de la reactivación económica en el período pospandemia y en medio de la crisis económica, debido a la alta demanda del país asiático por materias primas y el enorme mercado que ofrece al resto del mundo.
ORDEN INTERNACIONAL MÁS EQUITATIVO
El actual orden internacional atraviesa un momento de incertidumbre geopolítica, lleno de riesgos, desafíos y vulnerabilidades, de los cuales sobresalen la crisis de Ucrania, el desacoplamiento forzoso y las presiones inflacionarias.
Frente a las inequidades del contexto global, el BRICS "ha planteado soluciones plausibles y convocado a muchos países para resolver esa situación", afirmó Schulz.
"El BRICS ha recuperado algunos temas históricos de los países en vías de desarrollo y los países emergentes y los ha actualizado al nuevo contexto internacional, principios que tienen que ver o que se enmarcan en lo que uno podría denominar los principios de coexistencia pacífica", detalló el académico argentino.
Así, enumeró principios como la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, el respeto por la soberanía e integridad territorial, la búsqueda de la igualdad y del beneficio mutuo, es decir, "principios que el BRICS ha vuelto a atraer con la necesidad de conformar un orden internacional en donde se fortalezca el multilateralismo".
Distinto de lo establecido por las potencias occidentales en los últimos años, el mecanismo BRICS permite vislumbrar un nuevo orden internacional, siendo "la punta de lanza de un orden internacional multipolar", valoró Schulz.
Por su parte, Souza Ramos coincidió en que el BRICS es un grupo estrechamente asociado a la visión del Sur Global en relación al orden internacional, aportando elementos de una visión distinta sobre la necesidad de un orden internacional más justo e inclusivo.
La cooperación económica entre los países BRICS, dijo el experto brasileño, se desarrolla "con formas y posibilidades que van más allá de la mera lógica de mercado, incorporando elementos de cooperación duradera que rompen con los modelos neoliberales característicos del orden económico internacional desde los años 70".
Para Cristina Pecequilo, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp), el BRICS debe apuntar a consolidar una moneda alternativa frente al dólar y acabar con la hegemonía del dólar a nivel mundial.
"Si hay un fortalecimiento previo, con ayuda al desarrollo, programas de inversión en infraestructuras, mejoras en las condiciones de vida de estas otras naciones, existe la posibilidad de que haya un terreno más favorable para que las naciones menos vulnerables se fortalezcan frente a Estados Unidos y Occidente", advirtió Pecequilo.
