OPINIÓN DE INVITADO: La Iniciativa de la Franja y la Ruta, alternativa para construir un mundo justo, inclusivo y sostenible | Spanish.xinhuanet.com

OPINIÓN DE INVITADO: La Iniciativa de la Franja y la Ruta, alternativa para construir un mundo justo, inclusivo y sostenible

spanish.news.cn| 2023-10-21 11:40:15|
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Por José Ramón Cabañas Rodríguez

LA HABANA, 20 oct (Xinhua) -- A finales del 2013, el presidente chino, Xi Jinping, invocando la histórica Ruta de la Seda, propuso la construcción conjunta de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI.

Diez años después, en momentos en que la humanidad transita hacia un nuevo ordenamiento (o falta de este) y cuando varios grupos multilaterales de concertación imaginan nuevos acoplamientos, la Iniciativa de la Franja y la Ruta se presenta hoy como la alternativa para construir un mundo justo, inclusivo y sostenible.

Como un proyecto a largo plazo, se enfoca en la colaboración para el desarrollo de la interconectividad, la infraestructura y una red de comercio a escala global, elementos considerados imprescindibles para alcanzar el desarrollo económico.

Desde el punto de vista político, la propuesta parte de una concepción de multilateralismo, declarando el beneficio compartido para los participantes, a partir de la implementación de los distintos componentes que forman la misma.

La iniciativa fue cuestionada y puesta en tela de juicio por Estados Unidos y algunos miembros de la Unión Europea, que han tratado de presentar los avances de la nación asiática como una nueva amenaza para la humanidad, y han intentado contrarrestar desde la política el espacio perdido frente a Beijing en términos de productividad y eficiencia.

Sin embargo, muy lejos de la pretensión hegemonista del Plan Marshall de postguerra, la Iniciativa de la Franja y la Ruta comenzaría a ocupar los espacios que dejaban vacíos los fracasos reiterados de la globalización neoliberal, en especial aquellos países donde abrir de par en par sus economías no significó alcanzar los objetivos de desarrollo que se habían propuesto.

En todos sus años de implementación, no se ha documentado un caso en que China haya impuesto a alguno de los participantes condicionantes de carácter político.

En su declaración teórica, la iniciativa se presentó como una práctica abierta guiada por el principio de alta consulta, contribución conjunta y beneficios compartidos. Su proceder se distingue por tener un carácter inclusivo que posibilita el ingreso de todos los países que se motiven a su incorporación para promover la colaboración y el desarrollo, a partir de un enfoque pragmático de ganar-ganar.

Esta visión es consistente con los últimos cambios operados al interior del llamado grupo BRICS Plus, hace apenas unas semanas, y también con la declaración aprobada por la Cumbre Sur, celebrada en La Habana en pasado mes de septiembre.

Dentro de las expectativas que crea la propuesta china, los países que participan pueden incluir proyectos que los acercan en el objetivo del desarrollo económico y, además, que les permiten cerrar la brecha que crea la Cuarta Revolución Industrial. Desde China se transfiere tecnología en ramas como las de las comunicaciones y del transporte terrestre, que de otra manera no podrían beneficiar a un grupo de naciones que hoy son parte del proyecto.

Como sucede en proyectos de esta magnitud, se han incorporado paulatinamente esferas que no aparecían en los propósitos iniciales, como es el caso de lo espacial, cultural y sanitario.

En el último, Cuba puede ofrecer sus mayores aportes para el crecimiento de la iniciativa y el beneficio de la humanidad en general. Estos aportes, de manera general, se concentran en la formación de recursos humanos bajo los principios de la escuela cubana de medicina, el entrenamiento en prácticas y sistemas preventivos, la concepción de protocolos de actuación que responden a desarrollos específicos, integración de los sistemas de información y tratamiento y, finalmente, para la producción y administración de productos biotecnológicos para la salud humana, animal y vegetal.

Para Cuba, país en desarrollo y sometido a un cruel bloqueo económico, financiero y comercial por Estados Unidos, es de suma importancia profundizar los vínculos con la Iniciativa de la Franja y la Ruta e impulsar proyectos en diversas esferas.

Según datos oficiales, esta iniciativa, en sus últimos diez años, ha impulsado inversiones por casi un billón de dólares estadounidenses y más de 3.000 proyectos, además de generar 420.000 empleos, contribuyendo a que 40 millones de personas pudieran salir de la pobreza. Y contando, también, con la participación de más de tres cuartas partes de los países del mundo y 32 organizaciones internacionales.

Junto a las otras tres iniciativas globales que hoy China promueve, la Iniciativa de la Franja y la Ruta contribuye a la materialización de ese sueño de erigir "una comunidad de destino compartido para la humanidad".

Los términos de intercambio y sus dinámicas propias, tan ajenas a aquellas propuestas que han conducido a la sociedad internacional a la inestable y frágil situación actual, constituyen sus mejores argumentos. No son fortuitas la cálida y amplia acogida de la que ha sido objeto.

Queda formular propuestas para potenciar el intercambio pueblo a pueblo y la cooperación internacional dentro de los marcos de esta loable iniciativa.

(El embajador José Ramón Cabañas Rodríguez es director del Centro de Investigaciones de Política Internacional de Cuba)

(Las opiniones expresadas en este artículo son del autor y no necesariamente reflejan la postura de la Agencia de Noticias Xinhua)

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