BEIJING, 15 may (Xinhua) -- Estados Unidos decidió el martes aumentar los aranceles adicionales a los vehículos eléctricos importados de China, así como a una gama de productos en diferentes campos.
Las repetidas sanciones y medidas de represión impuestas por Estados Unidos a sectores y empresas específicas chinas no son nuevas noticias. Esta vez, Estados Unidos agitó el garrote de la coerción económica y la intimidación comercial, exacerbando su estrechez de mentalidad y hegemonía y agregando una nueva mancha al libre comercio.
Las iniciativas proteccionistas de Estados Unidos no ayudarán a defender sus propias industrias. Lo más probable es que los consumidores y las empresas del sector asuman las consecuencias, ya que las acciones estadounidenses contradicen tanto los hechos objetivos como las leyes económicas. Desafortunadamente, los políticos de Washington están acostumbrados a politizar las cuestiones económicas y comerciales por sus propios intereses.
Irónicamente, Estados Unidos es un país que promueve la economía abierta y el libre comercio, pero sus acciones van en contra de sus palabras. También promete que no busca desacoplarse de China y obstaculizar el desarrollo del país, aunque sus prácticas cuentan otra historia.
Más absurdo aún es que los nuevos aranceles se impondrán también a los productos ecológicos de China y al sector de nueva energía. Dado que esta industria está estrechamente vinculada a la importante meta de la humanidad de recortar las emisiones contaminantes y lograr un ahorro energético, el lado estadounidense está "escribiendo un nuevo capítulo" en socavar el comercio justo y la protección del medio ambiente.
El ascenso del sector de nueva energía de China es el resultado de la competencia global y un cambio de las ventajas comparativas. A medida que China asciende por la escalera de la cadena de suministro, sus productos de nueva energía reúnen concimientos tecnológicos y superan la prueba de un mercado interno competitivo, antes de ganar popularidad mundial.
El mundo de hoy es muy diferente al de antes. Para las diferentes economías, un enfoque racional y correcto es hacer pleno uso de sus ventajas comparativas y participar plenamente en la competencia y cooperación global, en lugar de suprimir las ventajas y capacidades de los demás mediante la creación de barreras.
Como dice un dicho popular en la cultura occidental: "lo que no te mata, te hace más fuerte". Parece que la famosa cita se aplica a las empresas de tecnología de China, que son suprimidas una y otra vez por el lado estadounidense, pero en última instancia, sobreviven y prosperan.
Las industrias y empresas chinas han mostrado resiliencia. El gigante tecnológico chino Huawei obtuvo 704.200 millones de yuanes (99.100 millones de dólares) en ingresos en 2023, marcando un aumento interanual del 9,6 por ciento.
Con un espíritu de apertura y colaboración, las empresas de tecnología chinas han logrado éxito en varios países, proporcionando productos tecnológicos confiables a los consumidores globales a precios razonables, y continuarán haciendo sus contribuciones al bienestar de la humanidad.
Como resultado de la evolución de la ventaja comparativa y la división internacional del trabajo, no es difícil ver que tanto Estados Unidos como China se han beneficiado de la liberalización comercial y la globalización.
Las dos principales economías del mundo son altamente complementarias entre sí y son fuerzas sólidas para el comercio global y la prosperidad económica. Si Estados Unidos continúa llevando a cabo acciones unilaterales, proteccionistas, coercitivas y represivas, los consumidores estadounidenses y la comunidad global pagarán el precio.