LA PAZ, 7 ene (Xinhua) -- Bolivia cerró hasta noviembre de 2024 con un déficit comercial de 593 millones de dólares, un aumento del 66 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior, informó este martes el privado Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) basado en datos del estatal Instituto Nacional de Estadística (INE).
El economista y gerente general del IBCE, Gary Rodríguez, en conferencia de prensa manifestó que otros datos del "mal año" para el comercio exterior en 2024 es que tanto las exportaciones e importaciones tuvieron una merma importante, provocada por la escasez de divisas estadounidenses que se precisan para el comercio exterior.
El descenso de las exportaciones en un 19 por ciento y la contracción de las importaciones en un 16 por ciento explican el desequilibrio en la balanza comercial, según el experto quien atribuyó estos resultados a múltiples factores que afectaron el desempeño económico nacional, incluyendo conflictos sociales, falta de combustible y fenómenos climáticos adversos.
"Las ventas externas de Bolivia disminuyeron en 1.923 millones de dólares entre enero y noviembre de 2024", detalló Rodríguez.
Entre los sectores más golpeados, destacó la producción de soya, que registró una caída de ingresos de más de 600 millones de dólares debido a la sequía, que afectó significativamente la capacidad productiva del país.
Además, el panorama estuvo marcado por el bloqueo político de caminos promovidos por allegados al expresidente Evo Morales (2006-2019) y el avasallamiento de tierras por parte de comunarios, que limitaron las actividades productivas y el cumplimiento de compromisos comerciales internacionales.
Estos problemas internos, a decir de Rodríguez, coincidieron con una coyuntura global desafiante, en la que los principales socios comerciales de Bolivia también experimentaron variaciones en su demanda.
"El déficit comercial evidencia las dificultades de Bolivia para sostener un equilibrio en su balanza comercial. Hay que buscar acciones para enfrentar la difícil coyuntura del comercio exterior boliviano a fin de lograr nuevamente el superávit comercial", afirmó.
La caída en las exportaciones afecta directamente a la disponibilidad de divisas en el país, agravando la crisis de acceso al dólar que marcó el 2024. Mientras tanto, aunque las importaciones también disminuyeron, siguen representando una presión significativa sobre las reservas internacionales.
Rodríguez enfatizó que la superación de esta situación requiere un enfoque integral. "Es necesario fortalecer el aparato productivo, garantizar la estabilidad en las cadenas de suministro y priorizar políticas climáticas que permitan mitigar los impactos en sectores clave como la agricultura", aseveró.
Con el inicio de 2025, dijo que el Gobierno enfrenta el reto de revertir esta tendencia negativa en un contexto donde las condiciones del mercado volátil, condiciones climáticas y sociales seguirán siendo determinantes para la economía boliviana.